Existen varias clases, pero entre ellos, los más generalizados, son los testamentos abiertos, que son los que se realizan ante notario. Adicionalmente, si el que realiza el testamento tiene alguna deficiencia (analfabeto, ceguera, sordera, etc.), sería obligatorio hacer el testamento en presencia de dos testigos. Esta forma de de testamento tiene la particularidad de que el notario y los testigos conocen el contenido del mismo antes del fallecimiento.
Este testamento sólo será anulado, por uno posterior llevado a cabo por el testador.
Si la persona se encuentra en peligro de muerte o hay una epidemia sería suficiente con que manifieste su voluntad ante dos testigos, pero este tipo de testamento se considerará caducado a los dos años de la circunstancia que lo motivó.
Testamentos cerrados.- Se realiza ante Notario, pero el contenido solo lo conoce el testador, que es quien entrega el sobre cerrado al Notario para que dé fe de su existencia.
Testamentos ológrafos.- Es aquél que lleva a cabo el testador de su puño y letra, tanto en la fecha de emisión del mismo, como su contenido y posterior firma.
Este tipo es muy útil, cuando es difícil salir de casa para ir a la Notaría a testar o que el Notario acuda a la vivienda, tiene la particularidad que una vez fallecido el testador debe sus herederos tendrán que pasarlo por el juzgado o la notaría para darle validez.
Testamentos vitales.- Son las instrucciones que deja escritas el testador que deben tenerse en cuenta para cuando el estado de salud del mismo no permita expresarlas. En él también se puede hacer referencia a al tipo de tratamiento médico paliativo y una vez fallecido el destino del cuerpo y órganos.